27 enero, 2009

ANA FRANK hace 65 años. 28 de enero de 1944.

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Hay muchas fotos de Ana Frank. Instantáneas;  para recordar un momento en las reuniones familiares y comentar y reírse o suspirar o echar una lágrima...pero el desarrollo de la Historia las han convertido en otra cosa. A pesar de su fragilidad técnica, por su improvisada inmediatez han pasado de documentos circunstanciales a convertirse en "documentos de cargo". Hablan  sobre la Historia y sobre los seres humanos que la construyen con ese cerebro "bipolar" capaz de lo mejor y de lo peor...





Hoy 28 de Enero de 2009, hace 65 años, Ana Frank escribía en su Diario:



Viernes,28 de enero de 1944

Querida Kitty:
Esta mañana me preguntaba si no te sientes como una vaca que tiene que estar rumiando cada vez las mismas viejas noticias y que harta de tan poca variedad de alimento, al final se pone a bostezar y desea en silencio que Ana le presente algo nuevo.
Sé lo aburrida que debes estar de mis repeticiones, pero imagínate lo harta que estoy yo de tantas viejas historias que vuelven una y otra vez. Si el tema de conversación durante la comida no llega a ser la política o algún delicioso banquete, mamá o la señora no tardan en sacar a relucir sus eternas historias de cuando eran jóvenes, o Dussel se pone a disertar sobre el amplio vestuario de su mujer, o sobre hermosos caballos de carrera, botes de remo que hacen agua, niños que saben nadar a los cuatro años, dolores musculares o pacientes miedicas. Cuando alguno de los ocho abre la boca para contar algo, los otros siete ya saben cómo seguir contando la historia. Sabemos cómo terminan todos los chistes, y el único que se ríe de ellos es quien los cuenta. Los comentarios de las antiguas amas de casa sobre los distintos lecheros, tenderos y carniceros ya nos parecen del año de la pera; en la mesa han sido alabados o criticados millones de veces. Es imposible que una cosa conserve su frescura o lozanía cuando se convierte en tema de conversación de la Casa de atrás.[-]

Un tema al que a menudo hacen honor Kleiman y Jan es el de la clandestinidad. Saben muy bien que todo lo relativo a otra gente escondida o refugiada nos interesa sobremanera, y que nos solidarizamos sinceramente con los escondidos cuando son encontrados y deportados por los alemanes, de la misma manera que celebramos la liberación de los que han estado detenidos.
Hablar de ocultos y escondidos se ha convertido en algo tan común como lo era antes poner las zapatillas de papá delante de la estufa. En Holanda hay muchas organizaciones clandestinas, tales como "Holanda libre", que falsifican documentos de identidad, dan dinero a personas escondidas, preparan lugares para usar como escondite o dan trabajo a los jóvenes judíos, y es admirable la labor noble y abnegada que realizan estas personas que, a riesgo de sus propias vidas, ayudan y salvan a otros.

El mejor ejemplo de ello creo que son nuestros propios protectores, que nos han ayudado hasta ahora a sobrellevar nuestra situación y, según espero, nos conducirán a buen puerto; de los contrario correrán la misma suerte que todos los perseguidos. Jamás les hemos oído hacer alusión a la molestia que seguramente les ocasionamos. Ninguno de ellos se ha quejado jamás de la carga que representamos. Todos suben diariamente a visitarnos y hablan de negocios y política con los hombres, de comida y de los pesares de la guerra con las mujeres, y de libros y periódicos con los niños. En lo posible ponen buena cara, nos traen flores y regalos en los días de fiesta o cuando celebramos algún cumpleaños y están siempre a nuestra disposición. Esto es algo que nunca debemos olvidar: mientras otros muestran su heroísmo en la guerra o frente a los alemanes, nuestros protectores lo hacen con su buen ánimo y el cariño que nos demuestran.

Circulan los rumores más disparatados, y sin embargo se refieren a hechos reales. Así, por ejemplo, el otro día Kleiman nos informó que en la provincia de Güeldres se ha jugado un partido de fútbol entre un equipo formado exclusivamente por escondidos y otro por once policías nacionales. El ayuntamiento de Hilversum va a entregar a la población nuevas tarjetas de identificación para el racionamiento de alimentos. Para que al gran número de escondidos también les toque su parte (las cartillas con los cupones sólo podrán adquirirse mostrando la tarjeta de identificación o al precio de 60 florines cada una), las autoridades han citado a la misma hora a todos los escondidos de los alrededores, para que puedan retirar sus tarjetas en una mesa aparte.
Hay que andar con muchísimo cuidado para que los alemanes no se enteren de semejantes osadías.

Tu Ana


Pinsengracht 263,la casa de Ámsterdam donde estuvieron escondidos los Frank


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