07 mayo, 2010

YUKIO MISHIMA & la agonía del héroe

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Cuando en 1941 Japón atacó la base naval de Pearl Harbor el país no podía pensar el final que le esperaba. Pudo temer que en represalia los norteamericanos bombardearan las ciudades japonesas, lo que sucedió,pero quedaba fuera de lo imaginable que dos bombas atómicas arrasaran Hiroshima y Nagasaki inventando un modo de matar y morir desconocido y un tipo de heridos en los que se encarnaba un horror nuevo.
Kawabata ante los atroces hechos diría  que  en adelante no se podrían escribir más que elegías, como Adorno dijo  después de Auschwitz  que ya  no se podría escribir más poesía... 
La rendición incondicional el 15 de agosto de 1945, añadió a la desolación, la vergüenza. Mishima tenía  20 años y ese era su mundo. No había participado en la Segunda Guerra Mundial por confusos motivos de enfermedad como cuenta en Confesiones de una máscara, publicada en 1948, sólo tres años después de terminar la guerra.

Hiroshima,lunes, 6 de agosto de 1945, simbólicamente el Torii sintoísta permanece en la tierra arrasada

De las  fotografías que se pueden elegir de Mishima y las hay en todas las circunstancias,-era exhibicionista y narcisista en  alto grado- ésta, en cierto sentido, las contiene  todas porque puede reflejar muchos aspectos importantes de su compleja personalidad: 

Yukio Mishima, en 1931, a los seis años.
La expresión parece exteriorizar el niño superdotado que fue, como si esa mirada intensa estuviera cargada con toda la energía de un cerebro en ebullición, una imaginación y una receptividad de la máxima sensibilidad, agudeza e ironía pero todo ello atemperado, -reflejado en la actitud distanciada de la pose-, por una serenidad de orden intelectual y de madurez inusual para su edad

"Durante muchos años afirmé que podía recordar cosas que había visto en el instante de mi nacimiento. Cuando decía eso los mayores, al principio , se reían; pero luego se preguntaban si intentaba burlarme de ellos, y miraban con desagrado la pálida cara de aquel niño tan poco infantil".


Son las primeras frases de Confesiones de una máscara,  libro marcadamente autobiográfico en el que Yukio Mishima, entre otras cosas, expone lucidamente la génesis, el desarrollo y las características de su homosexualidad.

La terrible abuela Natsu, de aristocrática familia de samuraís, y educación esmerada,le inicia en la tradición cultural japonesa y en la literatura occidental. De aires despóticos y carácter insoportable acaparó la educación del niño, que pasaba prácticamente el tiempo en su habitación de enferma crónica, sustraído a los cuidados de la madre; su madre,Shizue, que siempre  apoyó  su carrera literaria y era la primera en leer sus historias.
Una situación afectiva difícil de interiorizar armónicamente incluso para un niño sumamente inteligente. Estudió en un colegio de élite, muy por encima de la situación económica de la familia entonces; leía sin descanso, también libros difíciles para su edad, y empezó a escribir pronto y desde sus primeras obras se advierte a un escritor de calidad sorprendente.
                                                      Kawabata (Osaka 1899-1972)

Así lo reconoció el maestro de la generación anterior, su mentor Kawabata que al recibir el Nobel en 1968 manifestó en el New York Times:" 
...Estará usted deseando preguntarme sobre el premio Nobel. No comprendo como me lo han dado a mí existiendo Mishima. Un genio literario como el suyo lo produce la humanidad sólo cada dos o tres siglos. Tiene un don casi milagroso para las palabras." 
Algunos dicen que a Mishima le afectó no recibir el premio y que fue una de las causas de su suicidio; otros que veneraba a Kawabata y se alegró de que el maestro mayor lo recibiera.Lo cierto es en 1970 se suicidaría de forma espectacular haciéndose el ritual seppuku ; Kawabata, mucho mayor, se suicidó dos años después, discretamente.
                                      Yasunari Kawabata recibe el Nobel de Literatura de 1968


La estética de Mishima nace de un sentimiento dramático que oscila en el vacío de abismo que se abre en Japón entre el abandono de una tradición milenaria, con la modernización de la era Meiji de1868, y la derrota final, y extremadamente humillante de la Segunda Guerra Mundial. Los samurais que tanto admiraba como modelos de vida al ser suprimidos en 1870 habían entrado en la leyenda.
Nostálgico del Japón histórico, opuesto a la democracia, antiamericano, anticomunista... Mishima añora un pasado glorioso al que idealiza y desprecia el presente de un Japón que, perdidas las tradiciones, se occidentaliza cada vez más; ese sentido de pérdida, idealización y añoranza, le convierten en un romántico en sentido amplio.

Su vida intensa,de psicología compleja, exibicionismo notorio,alarde de fantasías sadomasoquistas, sexualidad expresa y sin embargo ambigua,su esteticismo extremado pero no esteril,su gran talento... Crea una escritura nueva, hermosa, seca y poética, propia del mago del lenguaje, que dice Kawabata.
Si la calidad poética de un texto depende de la estructura, las imágenes, el ritmo..., Mishima es un poeta que escribe en prosa, novelas.Se sabe que admiraba la épica heroica de los samuraís, su ética castrense,su éstética depurada, su sentido extremado del honor...;que creó la Sociedad del Escudo, un grupo paramilitar estetizante con los valores del código de honor samurai y que hasta se podría tomar no muy en serio por lo teatralizado si no hubiera terminado con dos suicidios rituales (seppuku) públicos, uno el suyo, en un escenario y con un auditorio y resonancia cuidadosamente elegidos.

EL MARINO QUE PERDIÓ LA GRACIA DEL MAR

En esta novela de 1963 alcanza la perfección. Nada falta ni sobra en ella; tiene el interés de una buena narración,la exactitud, belleza y  ritmo de la poesía y en su estructura el montaje perfecto del buen cine japonés de la época al que Mishima no era ajeno.

A medida que se relee surge el convencimiento de que Mishima no sólo es un grande de las letras japonesas, sino de la literatura universal.El juicio de Kawabata se confirma, "posee un don milagroso para las palabras". Sus páginas son de una belleza lacerante, de la clase de la que habla Dostoievski en Los hermanos Karamazov y que abre en una larga cita "Confesiones de una máscara" : una "belleza aterradora". Y otra vez Kawabata, "un genio como el suyo le produce la humanidad sólo cada dos o tres siglos". 

Si, como creen sus biógrafos, la mayor parte de las narraciones de Mishima son autobiográficas y Mishima para escribir no necesita mirar al mundo sino un espejo interior, también en esta novela debe haber quedado algo importante de su vida, aunque es difícil precisar si de su adolescencia o de su madurez o de ambas...


La novela la protagonizan tres personajes : Noboru, estudiante de 13 años, su joven madre, Fusaco, viuda , refinada dueña de una tienda de objetos de lujo importados de Europa y Ryuji, un marino mercante con sus propios sueños de gloria heroica: "Hay una única cosa para la que yo estoy destinado, y es la gloria.¡Sí, la gloria!", se había dicho a sí mismo a los veinte años, (capítulo II). 

Para Naboru y los cinco compañeros de clase que forman un grupo "sellado" por un despiadado código estético y de conducta ,Ryuji es un héroe; le admiran porque le suponen un personaje capaz de vivir arriesgadas aventuras en tierras exóticas y lejanos mares, pero ahora, que enamorado de Fusako va a abandonar la vida en el mar para anclarse en tierra y llevar una vida doméstica y en el fondo vulgar y convertirse, incluso, en padre de Naboru, sienten por él lástima y desdén.


Fragmentos de la  prosa de Mishima en esta novela:


"Los bordes superiores del espejo, que no estaba cerrado por completo, 
brillaban a través de las rendijas como astillas de hielo. Frente al espejo se 
alzaba una pequeña urbe de frascos: eau de Cologne, pulverizadores de perfume,agua de lavanda, un centro de mesa de cristal de Bohemia de rutilantes facetas..., y unos guantes de encaje arrugados, de color castaño, marchitándose como dos hojas de cedro". 
[la descripción compone  un bodegón de formas, materias, aromas, reflejos y texturas cuidadosamente detallados; pero además al ser enfocados, estos objetos cotidianos, uno a uno, muestran hasta qué punto la vida en esa casa está occidentalizada; cómo en casa de Noburu y Fusaco la tradición japonesa ha sido desplazada]

"...La luz de la luna , reflejada al fondo, dibujaba una cordillera de oro sobre 
sus hombros y doraba también la arteria que le surcaba el cuello.Era genuino oro de carne, oro de luz lunar y de sudor resplandeciente.."

"...De pronto, el hondo y dilatado lamento de la sirena de un buque irrumpió 
a través de la ventana abierta e inundó la penumbra del recinto. Era un gemido de oscura , infinita, imperiosa pesadumbre; negro como boca de lobo y liso como lomo de ballena, cargado con todas las pasiones de las mareas, con la memoria de los viajes sin cuento,con los júbilos, con las humillaciones...Era el grito del mar."



 
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Yukio Misima:"El Marino que perdió la gracia del mar". Editorial Bruguera y/o Edición de Bolsillo en Alianza Editorial. 








Confesiones de una máscara, se la entregó al editor diciéndole que eran la primera parte de unas memorias,y, posiblemente, no bromeaba.









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